photo of woman and boy sitting on couch while using tablet computer

Motivación, expectativas y autoestima

Cómo las atribuciones causales influyen en nuestra autoestima.

La teoría de las atribuciones causales de Bertrand Weiner (1986), quien desarrolló el modelo motivacional de Fritz Heider (1958) es una herramienta valiosa para comprender cómo las personas explican las causas de los eventos y cómo estas atribuciones influyen en la autoestima, motivación y expectativas. Es importante reflexionar sobre las variables intervinientes y las aplicaciones prácticas de esta teoría en diferentes contextos, ya que nos permite comprender mejor nuestras experiencias y relaciones interpersonales. En definitiva, comprender y aplicar estas ideas en nuestra vida cotidiana puede ser de gran ayuda para nuestro crecimiento personal y emocional.

Este modelo es una herramienta valiosa para entender cómo las personas atribuyen causas a los eventos y cómo estas atribuciones influyen en su comportamiento y percepción del mundo. Esta teoría destaca la importancia de la causalidad percibida en la formación de actitudes y comportamientos. Heider en su estudio sobre el locus de control (localización de los resultados) Interno o Externo, predecía cómo si un individuo atribuía una localización interna al éxito (personalidad, preparación, motivación, esfuerzo..) aumentaba la autoestima y reforzaba la motivación y expectativas, mientras que si la localización era externa (suerte, acciones de los demás…) disminuiría la motivación y las expectativas.

¿Cómo influye en la autoestima y las expectativas?

La autoestima juega un papel fundamental en la forma en que las personas atribuyen causas a los eventos. Aquellos con alta autoestima tienden a atribuir éxitos a sus habilidades, es decir, localización interna; y fracasos a factores externos, mientras que aquellos con baja autoestima tienden a hacer lo contrario. La forma en que percibimos nuestras propias capacidades afecta cómo interpretamos y explicamos el mundo que nos rodea. Por ejemplo, Si cuando obtiene una buena calificación en un examen percibe que es fruto de su capacidad para estudiar, su inteligencia o su preparación, estaríamos ante un locus de control interno, por lo que eso generaría una mayor autoestima. Si por el contrario el examen es un suspenso y lo atribuye a factores internos como por ejemplo, que es un mal estudiante, que no sabe prepararse la asignatura o que carece de suficiente inteligencia, eso puede contribuir a una baja autoestima.

Motivación
Motivación

Weiner introdujo dos dimensiones más a las estudiadas por Heider, que fueron la estabilidad y la controlabilidad. Así, cuando un éxito es estable, las expectativas sobre esas situaciones suelen ser positivas. Si atribuye el fracaso a factores estables, la motivación y por tanto, las expectativas disminuirán. La controlabilidad se refiere a la atribución del éxito o fracaso a factores sobre los que el sujeto tiene control, por ejemplo, si ese suspenso en el examen fue causado porque el profesor le tiene manía (hecho que no puede controlar), su motivación y expectativas serán menores que si el resultado dependiera de factores controlables, como que si suspendió es porque la noche anterior al examen no durmió suficientemente bien y no estaba concentrado en el examen, lo que generaría la posibilidad de un resultado distinto cuando controle tales circunstancias.

Una aplicación práctica

La teoría de las atribuciones causales se puede aplicar al trabajo en equipo. Comprender cómo las personas atribuyen causas a los éxitos y fracasos en situaciones de trabajo en equipo puede ayudar a mejorar la comunicación y la colaboración entre los miembros del equipo. Otro campo interesante de intervención práctica lo es, sin duda, en la Educación; en el ámbito educativo, la teoría de las atribuciones causales puede utilizarse para comprender cómo los estudiantes perciben y explican su rendimiento académico. Esto puede ayudar a los educadores a diseñar estrategias de enseñanza que fomenten la motivación y el compromiso de los estudiantes.

Conclusión

En resumen, ante una atribución de éxito, cuando la localización es interna en el individuo, se mantiene de forma estable y es controlable, las expectativas y la motivación serán junto a la autoestima, más altas. Cuando el resultado de fracaso es externo, es estable y no es controlable, la motivación y las expectativas caen. Por ejemplo, se genera un pensamiento de «haga lo que haga no sirve porque no valgo para esto, siempre me pasa lo mismo y no puedo hacer nada para cambiarlo»


Descubre más desde Psicología y Salud

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.