Terapia emocional para los pequeños
Muchas veces leemos o nos dicen que debemos controlar las emociones, aprender a gestionar y controlar las emociones como si eso fuese algo que con el simple hecho de la voluntad se pudiera hacer. Las emociones generan una respuesta psicofisiológica desde el Sistema Límbico en nuestro cerebro, que se expresa en forma de conducta, mediada por las hormonas y neurotransmisores que han generado dicha respuesta (Adrenalina, Cortisol, Dopamina, Serotonina). Si queremos controlar o gestionar las emociones, debemos comenzar por educar nuestra conducta, la expresión visible de las emociones. De modo que si sentimos rabia o ira y no lo expresamos, dicha emoción va a ir extinguiéndose, si tenemos miedo y no lo expresamos, igual ocurre; así con todas las emociones, sean primarias o secundarias.
Algunas tareas para que los niños puedan conocer mejor sus emociones. © Método M.I.D.E.N. ©
Memoria.
Imitación
Dibujo
Expresión
Narrativa
Memoria. Le preguntamos al niño si recuerda cuando estuvo muy feliz, contento, inquieto, orgulloso, triste, asustado, y lo tratamos con él desde cierta distancia temporal y emocional para que pueda analizar y describir como se sentía, si le resultó de utilidad, si puedo haber cambiado esa emoción, etc.
Imitación. Podemos ponernos frente a frente (especialmente eficaz con los más pequeños) y jugar a expresar emociones de alegría, miedo, tristeza, asco.
Dibujo. Mediante esta técnica podemos pedir a los más pequeños que dibujen o coloreen diferentes personajes o cosas que le provocan emociones, miedo, tristeza, alegría, ira, asco.
Expresión. Aquí se trata de que mediante los gestos puedan expresarse de forma voluntaria las emociones que nos han hecho sentir diferentes situaciones pasadas, bien en la vida real o en una película, por ejemplo. También se puede utilizar para jugar a adivinar qué emoción está sintiendo mediante la mímica entre dos o más personas.
Narrativa. Esto es mejor en los adolescentes, se trata de que narren en forma de relato una situación donde tuvieron diferentes emociones como, por ejemplo, miedo, alegría, tristeza, asco, también emociones aprendidas como ansiedad, esperanza, ira, vergüenza, desesperanza, así, ampliando el vocabulario de las emociones.
¿Qué hemos conseguido con estas tareas?
Con la práctica del juego se consigue un conocimiento de nosotros mismos a través de la expresión de nuestras emociones, es un aprendizaje continuo que recorre de forma transversal el resto de competencias, habilidades y destrezas del niño a lo largo de su ciclo vital. Otro de los aprendizajes consiste en la detección y el conocimiento de las emociones ajenas, uno de los pilares básicos de la inteligencia emocional, junto al conocimiento de las propias emociones. También se desarrollan habilidades como respuestas emocionales ante diferentes situaciones que el niño habrá de afrontar.
Del mismo modo, se desarrollan habilidades para aflorar las emociones de un modo positivo (alegría, esperanza) y se previenen los efectos negativos de otras emociones (ira, tristeza, frustración, rabia, miedo). Permite interactuar con los demás para influir en sus respuestas emocionales y consigue en el niño una mirada más amplia y realista de sus respuestas emocionales desde una actitud positiva ante diferentes situaciones en la vida.
Habilidades Sociales
Empatía
La empatía podemos describirla como una habilidad social esencial, quizás la más importante, junto a la escucha activa y la asertividad. De modo que la definiremos como la capacidad de detectar, reconocer y comprender las emociones y sentimientos en los demás. Solo cuando logramos comprender las emociones ajenas podremos dar un paso para tratar de transformarlas.
Asertividad.
Decía Aristóteles que “cualquiera puede enfadarse, aunque hacerlo en el momento oportuno, en el grado adecuado y con la persona correcta, eso ya no está al alcance de cualquiera”.
La asertividad es otra de las habilidades sociales en el ámbito de la comunicación que nos permite expresar las opiniones, los sentimientos, y nuestras posiciones en el momento oportuno, en el grado adecuado, y con la forma correcta que no afecte a los valores y posicionamientos de los demás.
Recapitulando.
Hemos partido de una hipótesis según la cual la inteligencia emocional, es un predictor de éxito en las relaciones interpersonales y mejora la calidad de vida mediante un mejor conocimiento de nosotros mismos. También hemos conocido que las decisiones en nuestra vida se ven influidas por lo emocional y por lo racional.
Que los cinco pilares básicos de la Inteligencia Emocional son el autoconocimiento, el manejo de nuestras emociones, la automotivación, el conocimiento de las emociones ajenas y la influencia en las emociones de los demás. Hemos aprendido a desarrollar estas habilidades mediante juegos en casa con los más pequeños, que también son de enorme utilidad para los mayores. Y, por último, hemos aprendido lo que significa tener empatía y ser asertivos, dos superhabilidades sociales que nos abrirán muchas puertas en las relaciones interpersonales.
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