Mi hijo no quiere ir a la escuela, todas las mañanas me dice que le duele la garganta o la barriga y se me pone a llorar.
Con el comienzo del curso escolar, tras las vacaciones, nos encontramos con cierta frecuencia con esta situación. En los más pequeños, sobre todo, hay días que dice que le duele la cabeza o la barriga o directamente se niega a ir, se pone a llorar y no vemos la forma de llevarlo a la escuela.
¿Te has identificado con esta situación? Pues te invito a seguir leyendo el artículo.
Trataremos de revisar las posibles causas y la forma de gestionar esta situación con nuestros hijos.
Si la negativa a ir a la escuela es al comienzo de curso debemos dar unos días de adaptación, hablar con el niño, la niña y observar la evolución. Siempre que nuestro hijo nos dice que le duele la barriga, la cabeza, la garganta, etc. Hay que descartar que tenga un origen físico y debe verlo el pediatra, una vez descartado origen físico, lo más probable es que sea por falta de sueño, por pereza al romper la rutina de las vacaciones. De hecho, cuando cedemos y lo dejamos en casa porque nos ha dicho que le duele algo, su estado veremos que mejora notablemente y se le olvida su malestar.
¿Y si me dice que no quiere ir al colegio y no es el comienzo de curso?
En estos casos debemos indagar posibles causas de esta conducta. Dependerá de la edad y por consiguiente de la etapa en la que se encuentra. En general, podemos indagar si ha habido algún problema con sus compañeros, con el comedor, si lo utiliza, con algún profesor o con alguien de la escuela. Debemos conocer desde cuándo se viene produciendo ese problema, para establecer un hito de alguna actividad en la escuela, cambio de clase, incorporación de alguien nuevo, etc. Otro aspecto a investigar, en los más pequeños, si en casa hubo algún cambio, como horarios de trabajo de los padres, cambio en la persona que lo lleva o lo recoge, si tiene más hermanos pequeños que sí se quedan en casa por algún motivo, etc.
Ya hemos acotado posibles causas y desde cuándo, ahora podemos averiguar con otros compañeros o padres/madres del colegio si a alguno de sus compañeros les está pasando algo similar.
¿Cómo abordar esta negativa de nuestro hijo a ir al colegio?
Quizás lo primero es validar sus emociones. En todo cambio de conducta de nuestros hijos, debemos establecer una comunicación en la que se sienta seguro y protegido, por ello es esencial creer lo que nos dice como si le aplicásemos el principio de presunción de veracidad. Es una forma de facilitar que nos cuente realmente lo que le pasa y cómo se siente, sin ejercer ninguna presión, mostrando serenidad porque no olvidemos que somos sus referentes principales en las primeras etapas.
Generar rutinas adaptativas a su horario escolar.
Por ejemplo, con la salida al parque, los juegos, donde podemos aprovechar si también juega en el colegio y cómo se lo pasa. Establecer horario de sueño, una buena rutina de descanso suele, arreglar la mayoría de las veces este problema.
Revisar si tiene tareas que no completa.
A veces la causa son las tareas, que no las completa y trata de evitar el colegio para evitar consecuencias negativas. Por ello, podemos acompañarlos en alguna de las tareas e interesarnos si hay alguna dificultad para que las complete.
Angustia de separación, miedo irracional, ansiedad.
A veces hay niños que presentan esta sintomatología y lo expresan en la etapa escolar, suele darse en casa también y en otras situaciones además de la escuela, por ejemplo, a la hora de ir a la cama, enuresis nocturna, pesadillas, etc. También podemos observar su conducta cuando vienen personas extrañas a casa, una dependencia exagerada de su madre o padre, etc.
En estos casos podemos pedir ayuda profesional para tratar de encontrar una solución y evitar que se cronifique el problema.
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