terapia sexual

Hablemos de sexo: Terapia sexual

La sexualidad forma parte de nuestra vida y, a veces también, los trastornos relacionados con la sexualidad. Las causas de los mismos pueden ser de diferente naturaleza.  Pueden originarse en la adolescencia, por experiencias negativas o una educación sexual inadecuada. También existen otros factores relacionados con la personalidad, expectativas y experiencias en el presente. Una anticipación negativa al fracaso en las relaciones sexuales, sentimientos de culpa o vergüenza frente a las relaciones sexuales o una disminución en la atracción, son factores que pueden causar o mantener estos trastornos. Padecer un trastorno sexual influye negativamente en otras dimensiones de la vida, no solo en las propias relaciones de pareja, sino en la dimensión personal, laboral y familiar de quien lo padece.

¿Qué se hace en una terapia sexual?

La terapia sexual consiste en un conjunto de estrategias para tratar las disfunciones sexuales cuando no hay causa médica (orgánica), o si la hubiera, como complemento al tratamiento médico.

¿Cuándo deberíamos acudir a terapia sexual?

terapia sexual

La terapia sexual tiene como objetivo mejorar la calidad de vida y las relaciones sexuales. Un trastorno sexual puede expresarse mediante una serie de síntomas que identificamos cuando se da una incapacidad para mantener relaciones sexuales o estas no son satisfactorias, cuando hay problemas en la pareja, también se pueden expresar como síntomas secundarios de angustia o apatía ante las relaciones de pareja. Los trastornos de la sexualidad pueden expresarse de distinta forma en el hombre y en la mujer. Los más frecuentes en el hombre son las dificultades en la erección y la eyaculación precoz, aunque también se tratan otros como la eyaculación retardada o ausente o el deseo sexual hipoactivo. En las mujeres, los trastornos más frecuentes son el deseo sexual hipoactivo, la anorgasmia y el vaginismo.

Principales trastornos que tratamos:

Impotencia/disfunción eréctil

La disfunción eréctil (DE) es una disfunción sexual masculina común. Ocurre cuando se tiene dificultades para lograr o mantener una erección. Esta disfunción es más común a medida que se envejece pero no es parte natural del envejecimiento. Es una situación que afecta directamente a las relaciones. Estas se vuelven frustrantes y tristes. Y al final es un círculo vicioso al que hay que poner solución cuanto antes.

Eyaculación precoz

La eyaculación precoz ocurre cuando un hombre eyacula antes de lo deseado, ya sea por él o por su pareja, al tener relaciones sexuales. La eyaculación precoz es un problema sexual frecuente.  La prevalencia puede ser variable, aunque 1 de cada 3 hombres dice haber tenido este problema en alguna ocasión. Cuando se da de forma puntual no es motivo de alarma. Sin embargo, se debe acudir a terapia cuando siempre, o casi siempre, se produce la eyaculación en menos de un minuto después de la penetración. Cuando hay una incapacidad para retardar o controlar la eyaculación en las relaciones sexuales. Además este trastorno produce una anticipación negativa, frustración y angustia ante la idea de mantener relaciones sexuales, lo que provoca frecuentemente que se lleguen a evitar dichas relaciones. Existen, como en otros trastornos sexuales, factores psicológicos como biológicos que tienen que ver en la eyaculación precoz. Aunque a muchos hombres les da vergüenza hablar al respecto, la eyaculación precoz es una afección frecuente que puede tratarse. Los medicamentos, el asesoramiento psicológico y las técnicas sexuales que retardan la eyaculación, o una combinación de estos elementos, pueden ayudar a mejorar la vida sexual de quien lo padece y de su pareja.

Anorgasmia

La anorgasmia femenina (ya no se utiliza el término frigidez) es la dificultad regular para alcanzar el orgasmo tras la estimulación sexual. La falta de orgasmos produce angustia e interfiere en la relación de pareja. Es cierto que la experiencia de un orgasmo es algo subjetivo en cada mujer y varían en intensidad, en la frecuencia de sus orgasmos y en cantidad de estimulación necesaria para provocarlo. Muchas mujeres necesitan un cierto grado de estimulación del clítoris, ya sea de forma directa o indirecta y no alcanzan el clímax solo con la penetración.

La anorgasmia puede expresarse de diferentes formas:

  • Anorgasmia primaria. En toda la historia biográfica de la mujer ha experimentado un orgasmo.
  • Anorgasmia adquirida. Cuando ha tenido orgasmos, pero ahora tiene dificultad para alcanzarlos.
  • Anorgasmia circunstancial. Cuando alcanza los orgasmos en ciertas circunstancias: sexo oral, masturbación, otras parejas.
  • Anorgasmia generalizada. Cuando no puede tener orgasmos en ninguna situación y con ninguna pareja.

Cuando la falta de orgasmos o la intensidad de ellos produce instaisfacción se debe tratar y mejorar no solo las relaciones sexuales sino la calidad de vida de quien lo padece.

Vaginismo

Es una auténtica fobia a la penetración. Se produce por un espasmo (contracción involuntaria) de los músculos que rodean la vagina. Los espasmos hacen que la vagina sea muy estrecha y dificulten notablemente la actividad sexual. Entre las causas más comunes están las experiencias traumáticas en las relaciones sexuales o por una respuesta ante el dolor o las expectativas del mismo.

Dispareunia

La dispareunia es el dolor durante la penetración vaginal o ante su intento, se suele denominar coito doloroso. Relacionado con lo anterior, la dispareunia puede producirse en el momento de la penetración (superficial o introital).  Cierto grado de hipertonicidad muscular en la zona pélvica, que provoca una contracción involuntaria así como con un alto grado de tensión muscular involuntario, es común en todos los tipos de dispareunia crónica.

Adicción al sexo

La adicción al sexo es un tipo de conducta sexual compulsiva, también llamada hipersexualidad  o adicción sexual. Se da una idealización excesiva por fantasías, impulsos o conductas sexuales que es difícil de controlar, esto puede provocar angustia o afectar, de manera negativa en otras dimensiones de la vida de quien la padece. Las principales experiencias que abarcan la adicción al sexo suelen ser la obsesión por acumular múltiples parejas sexuales o el acceso a ellas, el cibersexo, el consumo de pornografía y, también el hecho de pagar a cambio de sexo. Estas conductas transforman la vida de quien la padece convirtiéndose en su principal objetivo en la vida, lo que provoca una dependencia, que daña la autoestima y otras dimensiones de la vida como la laboral, familiar o la propia salud física.

Inhibición del deseo sexual

La falta de deseo sexual, actualmente denominada deseo sexual inhibido, es la disminución o ausencia de pensamientos y fantasías sexuales o de deseos de actividad sexual, de forma persistente o recurrente, teniendo en cuenta que existen factores, en el contexto vital del individuo, que pueden afectar al funcionamiento sexual. Se debe tratar cuando la sola idea de una relación sexual llega a causar ansiedad y se trata de evitar cualquier contacto sexual: En este extremo estamos ante una aversión sexual. Este trastorno causa un malestar significativo y dificulta las relaciones de pareja.

Sexo y embarazo

A veces durante el embarazo aumenta el interés en la pareja por el sexo. Otras sin embargo, se genera un rechazo por miedo a que sea perjudicial para el futuro bebé. ¿Qué hay de cierto acerca de si es bueno o malo tener relaciones sexuales durante el embarazo? Hay que decir que el feto está protegido por el liquido amniótico, dentro, a su vez, de la cavidad uterina que está dotada de una buena musculatura. Por este motivo el futuro bebé no se ve afectado por la actividad sexual de su mamá. Muchas futuras madres se preguntan si podría provocar un aborto mantener relaciones sexuales. Tener relaciones sexuales durante el embarazo no provoca un aborto espontáneo. La mayoría de los abortos espontáneos ocurren porque el feto no se está desarrollando normalmente.

Resulta incómodo practicar sexo estando embarazada.

Eso dependerá del periodo de gestación, no es lo mismo en el primer o segundo trimestre que en el último trimestre. Por ello hay que acomodar las posiciones sexuales durante el embarazo. Las relaciones sexuales no se limitan exclusivamente a la penetración, el sexo oral también es seguro durante el embarazo. A medida que avance el embarazo, experimenta para encontrar lo mejor para ti. Deja fluir la creatividad, siempre y cuando tengas presente el placer y la comodidad mutuos. Las precauciones se deben más hacia una prevención de enfermedades de transmisión sexual (ETS), ya que al eliminarse el riesgo de embarazo no deseado, se olvidan las precauciones ante las ETS. Y durante el embarazo existe el doble riesgo para la madre y para el bebé.  Si tu pareja padece una ETS debes evitar cualquiera de las formas de sexo (vaginal, oral y anal). Se debe utilizar el condón si la relación no es exclusiva con tu pareja o si eliges tener relaciones sexuales con una pareja distinta. En cualquier caso si el hecho de mantener relaciones sexuales es motivo de preocupación o malestar nada debe obligarte y debes hablarlo con tu pareja. Las relaciones sexuales deben incluir la estimulación genital sino que abarca una dimensión más amplia y afectiva, los besos, abrazos y caricias forman parte de ese universo afectivo, con especial relevancia durante el embarazo.

Infidelidad y Celos 

El término celos, procedente del griego Zealous. Consiste en un sentimiento de desconfianza, ya sea real o imaginaria hacia  la pareja. Hoy en día hablamos de celos, infidelidad emocional, infidelidad sexual y los elementos diferenciales en la forma de experimentarlos según los sufran hombres o mujeres. Tener celos es algo natural, cuando la relación es un sufrimiento por los celos porque son infundados, se repiten en cada ocasión de forma continua y generan un malestar psicológicamente significativo, destruyendo la relación, entonces hablamos de celos patológicos (Celotipia). Quien padece este trastorno, experimenta celos obsesivos exige a su pareja que no tenga contacto social ni con sus amigos y en algunos casos con familiares del otro sexo. Suele obsesionarse y genera una conducta hipervigilante ante cualquier salida o posible contacto ya sea en el trabajo o en su entorno social.


Técnica del Placereado.

Una técnica muy utilizada para mejorar la conexión con la pareja es la del Placereado, de modo que se amplía la relación sexual a una dimensión mucho más amplia que la penetración. Lo que reporta a la pareja una experiencia diferente para mejorar la relación y la calidad de las relaciones sexuales. Además de servir como estrategia terapéutica en muchas disfunciones sexuales, se puede transformar en un ejercicio para parejas sexualmente sanas que llegan a un punto de anestesia en sus relaciones. Las principales indicaciones son los trastornos de interés/excitación sexual femenino, el deseo sexual hipoactivo masculino, el trastorno eréctil y los trastornos orgásmicos.

Esta estrategia es una variante de la técnica que propusieron el ginecólogo William Masters y la sexóloga Virginia Johnson en la década de los sesenta y setenta a la que llamaron focalización sensorial.

Existen tres niveles de placereado.

Nivel 1. Consiste en estimular a la pareja sin incluir genitales ni senos, en ninguno ni en uno mismo.

Entre los objetivos de esta técnica destacamos, además de la desgenitalización en las relaciones sexuales, el desarrollo de un sentimiento egoísta sano en la relación sexual, si tu pareja se excita, puede darte más, si tú te excitas puedes darle más. Nadie da lo que no tiene. Otro aspecto es la experiencia del placer de dar y recibir sin culpa sin un fin alternando el rol activo con el pasivo. Hacer que todo el cuerpo, la piel y no sólo las zonas que consideramos “erógenas” entren en este juego de placer, hacer el acto sexual desde una experiencia de relajación con la finalidad en el placer vs improvisación con la finalidad única de penetración. Poder expresar sentimientos propios, guiar y orientar a la pareja para que sus caricias sean satisfactorias, disponer de una mente erótica, dejarse llevar por el sentimiento cómplice del placer, libre de prejuicios inhibidores.

¿Cómo hacer el Placereado en este nivel?

Paso previo. Mejor planificar que improvisar el día en el que haremos el ejercicio, no hay un mínimo de veces a realizar, lo aconsejado dos o tres veces por semana para que la técnica funcione. Es necesario un compromiso con este ejercicio evitando el coito hasta indicación por el terapeuta.  Buscaremos un lugar adecuado que reúna ciertas preferencias como: intimidad, temperatura adecuada, comodidad (la cama es ideal para hacer el ejercicio), o preferencias ambientales (música relajante, luz tenue, velas, etc.). Teléfono en modo silencio, descansados con tiempo y dedicados a realizar el ejercicio plenamente.

Comienza el ejercicio.

Uno de los miembros de la pareja se tiende desnudo boca abajo y con los ojos cerrados, abandonando su cuerpo a los sentidos. La pareja, también desnuda, en una postura cómoda comienza a acariciarlo suavemente desde la cabeza hasta los pies sin olvidar ninguna parte corporal. Se trata de caricias a través de las manos, por lo que la estimulación debe ser relajada y placentera.

Cuando el que está acariciando llega a los pies, el que está tendido se da la vuelta y se repite el ejercicio por delante como antes, exceptuándose genitales y senos, tras esta experiencia de unos 15 minutos (mitad bocabajo y mitad bocarriba) se abren los ojos, el que estaba tumbado se incorpora y se dedican un tiempo para comentar cómo se han sentido, la calidad de las caricias, los afectos, etc. Después, se cambian los roles, el que ha recibido las caricias ahora las realiza y viceversa y se repite el ejercicio tal como se ha descrito en los puntos anteriores.

Finalmente, la pareja decide qué será lo siguiente, si alguno de ellos está muy excitado y quiere llegar al orgasmo puede pedirle a su pareja que lo masturbe o masturbarse mutuamente. En este nivel se debe evitar el coito. Si uno de los dos no está excitado y no le apetece masturbar a su pareja debe expresar su negativa, lo que ayuda a la pareja a saber decir no y a saber aceptar los deseos de la otra parte, sin vivirlo como un rechazo, sin enfados.

Se deben anotar las incidencias, la experiencia. Debe evitarse hablar durante el ejercicio salvo para indicar al otro algún problema (dolor, incomodidad, etc.).

Placereado nivel 2

Es como en el nivel 1 pero en este nivel se incluyen los genitales y senos como zonas de caricias y estimulación. Así se profundiza y desarrolla lo alcanzado en el nivel 1, se integran los genitales, aunque no deben monopolizar las caricias, solo como una parte más que no se excluye.

Durante el ejercicio, como en el nivel anterior, uno de los dos se coloca bocabajo y recibe las caricias incluyendo todo el cuerpo, sin detenerse en genitales ni senos del otro. También se emplean para las caricias no solo las manos de quien tiene el rol activo sino el cabello, los labios, la lengua, etc.

Al final del ejercicio se deben expresar los sentimientos de ternura, cariño, afecto.

Como en el nivel anterior si alguno de los dos se encuentra muy excitado se pueden masturbar conjuntamente o por separado, respetando el deseo del otro. No se puede realizar el coito ni vaginal ni anal.

Placereado nivel 3

En este nivel se incluye la posibilidad de tener un coito al final de la técnica. De este modo se logran otros objetivos añadidos que elimina la ansiedad ante la idea de una penetración, por ejemplo. La pareja verbaliza sus preferencias y llegan a un acuerdo acerca de las prácticas sexuales que quieren realizar, por último, son capaces de mantener un contacto sexual sin que el único fin sea el coito.

Es como en niveles anteriores, ojos cerrados, caricias todo el cuerpo, mente en clave erótica. Roles activo y pasivo y dedicación al placer propio y del otro. Una vez realizada la técnica (15 minutos) si ambos están excitados se puede realizar el coito con la postura en que la mujer se sitúa encima. Esta es la postura idónea que deja más libertad de movimientos a ella, mientras el otro permanece tumbado bocarriba, quieto. Esta posición es la denominada “coito no exigente”.

Es la mujer quien toma con su mano el pene de su pareja y lo va introduciendo en su vagina decidiendo el modo y los movimientos para obtener su satisfacción. Primero se lo acerca a la vulva sin introducirlo, juega con el pene mientras mantiene los ojos cerrados en clave erótica. Si no hay signos de ansiedad, dolor y la excitación facilita la lubricación puede introducir el pene en su vagina poco a poco, visualizando esa penetración en su mente. Se va moviendo despacio con movimientos que le faciliten la excitación. Cuando va aumentando el placer y la excitación con los movimientos, su pareja la podrá acariciar con las manos todas las partes del cuerpo. En algunos casos es necesario complementar estos movimientos con caricias en el clítoris simultáneamente. Todo este ejercicio se debe experimentar en clave erótica.


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