No todo lo que ven tus ojos es la realidad que interpreta tu cerebro
Los cuadros (escaques) de este ajedrez son del mismo color. La corteza visual primaria, situada en la región occipital, compensa el color de los cuadros aplicando la constancia parcial del color. Son del mismo color a pesar de que el cuadrito B está bajo la sombra de un cilindro, eso quiere decir (para nuestro cerebro), que ese cuadro ha de ser más claro. También influyen los cuadros que hay alrededor de cada uno.
Aquí tienes otra prueba de la importancia del entorno para distinguir los colores. Ambos cubos son del mismo color, tanto la parte superior como la inferior. Si no lo crees, haz una prueba: por un dedo o un lápiz justo en medio tapando la línea divisoria y verás que son del mismo color.
En este dibujo, que es estático, podemos ver una imagen que se mueve, cuando en realidad solo es una interpretación de nuestro cerebro, ya que los patrones de colores imitan el tipo de información que recibimos cuando vemos un objeto en movimiento. Esta ilusión afecta a la visión periférica: si nos fijamos solo en uno de los círculos, veremos que no está quieto.
Esta imagen es un clásico, y aún así seguimos cayendo en la trampa que nos hace nuestro cerebro. Se trata de la ilusión de Jastrow, descubierta por el psicólogo estadounidense Joseph Jastrow en 1889. Las dos barras tienen el mismo tamaño, aunque no lo parezca.
Aquí vemos unas líneas que no parecen paralelas. Se conoce desde 1898, pero la popularizó en los años 70 Richard Gregory, que le puso su nombre Bristol al verla en la pared de una cafetería de Bristol. Hay un edificio de Melbourne que juega con este efecto
Cuando la información es ambigua, no sabemos si estamos viendo a a una mujer joven a una anciana, el pato o el conejo, o como en este caso, una calavera o una señora mirando a un espejo. Esta ilusión fue creada en 1982 por el artista Charles Allan Gilbert, de la que hay centenares de versiones en las redes.
Esta ilusión es más moderna. Si nos vamos a las líneas curvas, nos topamos con esta ilusión creada por el psicólogo italiano Baingio Pinna en 2002. Estas líneas parecen cruzarse, pero se trata de círculos concéntricos. No te lo crees? sigue cada círculo, sin marearte.
Las mesas de Shepard. Percibimos las líneas verticales más largas que las horizontales, aunque midan lo mismo, en un efecto descrito por el fisiólogo alemán Adolf Fick en 1851. En esta ilusión influye también la sensación de perspectiva. Interpretamos los dibujos como dos mesas en un espacio en tres dimensiones, olvidando que son superficies planas, y la primera nos parece así más larga que la segunda.
Allá donde mires te seguirán centelleantes los puntos blancos, que en realidad no existen. Sí lo que te gusta es ver cosas que no están ahí, lo mejor es la ilusión de la cuadrícula centelleante y descubierta por E. Lingelbach en 1994. Basta fijarse en una de las intersecciones (cualquiera), para comprobar que no hay ningún punto negro. Aunque allí hay otro. Y allí. Y allí.
Una ilusión que combina color y movimiento es esta creada en 2005 por el experto en visión Jeremy Hinton. Centrando la visión en la cruz del centro, se puede ver un círculo verde en el espacio que van dejando en blanco los puntos magenta. Con la suficiente concentración incluso pueden desaparecer estos otros círculos No solo se trata de la fatiga de la retina, que según explica el fisiólogo Michael Bach nos lleva a ver el color complementario, sino que la ilusión de movimiento que hace que se desvanezcan las imágenes borrosas si aparecen en el campo de nuestra visión periférica.
Esta ilusión de movimiento nos permite ver a un tren acercándose a nosotros, o tal vez alejándose de nosotros. Todo dependerá de loa que interprete tu cerebro.
Para finalizar, la habitación de Ames, que genera una ilusión óptica alterando la perspectiva visual. El extremo derecho es más lejano y bajo que el izquierda, pero las puertas, alfombra y utilería están en proporciones mucho más grandes de modo que parezcan a la vista proporcionales a los del otro lado de la habitación.