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La Hipnosis clínica como ayuda a la terapia cognitiva

¿Qué es la hipnosis clínica?

 

La hipnosis es un proceso que hace que el sujeto entre en un estado de trance característico que le permite ampliar su capacidad de percepción mental ante las sugestiones que le va guiando el hipnólogo clínico. Por tanto hablamos de un estado de trance, que puede tener diferentes niveles de profundidad y que permiten que se puedan «grabar» sugestiones en beneficio del sujeto paciente.

La American Psychological Association (APA) y su división 30 (Society of Psychological Hypnosis) tienen una definición consensuada que nos puede situar en el contexto clínico de la hipnosis y alejarnos de la imagen del hipnotizador de espectáculos televisivos. Por ello Esta definición (APA, 1993; Kirsch, 1994) agrupa los aspectos que los especialistas en hipnosis ya sean psicólogos o médicos, aprobamos y seguimos e implica siete puntos:

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1.-La hipnosis es un procedimiento en el que un especialista sugiere a una persona que experimente cambios en sus sensaciones, percepciones, pensamientos o conducta.

 

2.- El contexto hipnótico suele establecerse usando un método o procedimiento de inducción, que puede adoptar formas muy diferentes, aunque las más frecuentes son las que incluyen sugestiones de calma, relajación y bienestar, así como instrucciones de pensar o imaginar experiencias agradables.

 

3.- Se da una gran variabilidad en las respuestas que se experimentan durante la hipnosis. Así, ciertas personas dicen experimentar un estado alterado de conciencia, mientras que otras indican que su experiencia es como un estado normal de atención focalizada, en el que se han sentido muy calmadas y relajadas. En general, la mayor parte de la gente dice que la experiencia con la hipnosis es muy agradable.

 

4.- Algunas personas responden mucho a las sugestiones hipnóticas y otras no. En ocasiones son los miedos y falsas concepciones de la hipnosis lo que impide que las personas experimenten lo que se sugiere en hipnosis. Las personas hipnotizadas no pierden el control, son conscientes de quiénes son y dónde están, y recuerdan generalmente lo que ocurrió durante la hipnosis, a menos que se le sugiera que lo olviden. La hipnosis no obliga a nadie a experimentar las sugestiones, sino que únicamente lo facilita hipnóticas y otras no.

 

5.- La hipnosis no es una forma de terapia, como la Terapia de Conducta, o el Psicoanálisis, sino un procedimiento que puede facilitar la terapia psicológica. Por lo tanto, la hipnosis clínica debe ser usada por profesionales formados y con credenciales que avalen su capacidad como profesionales de la salud. Por supuesto, estos profesionales deben haber recibido también entrenamiento específico en el uso clínico de la hipnosis. Por lo tanto, este entrenamiento no es suficiente, siendo necesario ser un profesional de la Psicología Clínica o de la Medicina para poder usar la hipnosis clínica.

 

6.- Las aplicaciones de la hipnosis son amplísimas, tanto en Psicología como en Medicina, pero debe tenerse precaución en su utilización, ya que no tiene por que ser útil para todos los problemas y pacientes o clientes. A lo que añade que la decisión de usar la hipnosis (como un adjunto) debe hacerse consultando con un profesional de la salud que haya sido formado en hipnosis clínica.

 

7.- En último lugar, la APA resalta las varias vertientes de la hipnosis en investigación, que tratan de incrementar el conocimiento de la propia hipnosis, de su aplicación en el tratamiento de problemas psicológicos y médicos, y para conocer su impacto en la memoria, percepción, fisiología, etc.

 

Ya sabemos qué es la hipnosis y también qué no es. Hay que decir, además, que la hipnosis por sí sola no aporta mucho más que la relajación o el estado mental receptivo, es el psicólogo especialista quien puede utilizar la hipnosis como técnica coadyuvante de su terapia.

 

Debemos desmitificar algunos aspectos de la hipnosis: en la hipnosis no se pierde el control ni se cae en manos del hipnotizador (prefiero decir hipnólogo), ni es algo que se haga con más facilidad a personas ignorantes, al contrario es preciso tener buena capacidad de imaginación e inteligencia para entrar en trance hipnótico. De hecho en el proceso de hipnosis es esencial la participación activa del paciente, contrariamente a lo que se suele creer.

 

Por tanto, la hipnosis es una técnica más, una herramienta que tiene verdadera potencia cuando es utilizada por un especialista para alcanzar un fin que mejora la calidad de vida de su paciente o alivia un trastorno o sufrimiento.

 

 

¿Quiénes pueden beneficiarse de la hipnosis?

 

Prácticamente cualquier persona, en mayor o menor grado pueden alcanzar un nivel aceptable de hipnosis. Salvo los niños menores de 4 años y las personas con patologías graves de orden neurológico o trastorno mental grave.

 

¿Qué nivel de trance se necesita para que sea efectiva?

 

Desde el nivel más ligero de trance ya es efectiva la hipnosis.

 

¿Y si una persona no consigue despertar?

 

No pasa nada, todas las personas de un modo natural despertarían o saldrían de ese estado de concentración de forma natural. El especialista puede dar instrucciones para «despertar» a una persona en trance hipnótico, pero si no recibiese tal orden, la persona en trance hipnótico volvería a su estado anterior de forma natural y espontánea como si hubiese estado concentrada en una lectura o absorta admirando o imaginando un paisaje o recuerdo.

 

¿En qué casos o dolencias puede utilizarse con éxito?

 

Se utiliza con éxito en el tratamiento de los trastornos de ansiedad, del estado de ánimo como la depresión o trastornos adaptativos. También en trastornos de origen psicofisiológico como el dolor, ya sea de tipo crónico, oncológico o agudo ante una intervención en odontología o quirúrgica en general, también en cefaleas, migrañas o insomnio, por poner los ejemplos más frecuentes. También es beneficiosa la hipnosis al emplearla en adicciones, como el tabaquismo, obesidad, control del impulso a comer desmesuradamente, onicofagia (morderse las uñas), tricotilomanía (arrancarse el cabello) y alcoholismo.

 

 

 

La hipnosis en el tabaquismo.

 

Partimos de propuestas científicas del ámbito de la psicología, por ello debemos disponer de una historia clínica sobre el tabaquismo para conocer, al menos, el estilo de fumador, sus motivaciones y nivel de dependencia a la nicotina. Con esta información podemos preparar la sesión o sesiones de terapia bajo hipnosis con inclusión de técnicas de aprendizaje de autohipnosis rápida y ejercicios que podrán practicar los pacientes en casa.

 

Nuestra idea es que es más fácil encontrar una motivación y un buen aprendizaje bajo hipnosis relacionado con la nueva situación y el rol de no fumador que luchar contra el impulso de fumar. Es mejor y nos costará menos esfuerzo pensar qué pasaría si yo no fumara, o mejor aún, cómo me encontraré, respiraré, dormiré, oleré, etc. cuando sea un exfumador. Ya que es un error tratar de evitar que nos entren ganas de fumar, eso sería tanto como tratar de que no nos pique la nariz o que no pensemos en un coche rojo, acabaría por picarnos la nariz o por pensar en un coche de color rojo, sin duda alguna.

 

Hay pues un programa de 10 sesiones para personas con alta dependencia a la nicotina y con alta o media motivación para dejar de fumar, y también hay una única sesión que empleando una técnica grupal de hipnosis se emplea con éxito en personas con alta motivación para dejar de fumar.

 

La idea es poder disociar nuestra mente (capacidad para razonar) de nuestro cuerpo (parte física que contiene a la persona) e introducir sugestiones bajo hipnosis de modo que asociemos de manera automática el hecho de no fumar con ser un exfumador y sentirnos bien, respirar mejor, percibir la vida desde la perspectiva del no fumador. Se trata pues de dejar de luchar contra el impulso de fumar y tratar de ignorarlo poniendo entre el impulso y nosotros, a nuestro rol de no fumador.

 

La hipnosis para adelgazar

 

La hipnosis puede ayudar a modificar nuestra forma de ingesta, el impulso por la comida y las conductas inadecuadas relacionadas con la dieta. No hay trucos ni sesiones milagro que hagan que de repente una persona con obesidad comience a perder peso sólo por haber estado bajo hipnosis. Dicho esto, podemos afirmar que mediante técnicas cognitivas y conductuales y la ayuda de la hipnosis se pueda alcanzar el objetivo de perder peso.

 

Este programa integra la psicoeducación del paciente, la evaluación de la motivación para perder peso, la evaluación de la dieta y el estilo alimentario del paciente, las tareas de autoregistro e incremento del ejercicio físico, la propia hipnosis y sugestiones aversivas y afirmativas, y la prevención de recaídas para hacer más permanente la pérdida de peso.

 

Las principales dimensiones de las sugestiones hipnóticas y posthipnóticas se sitúan en comer despacio, «como un gourmet»; visualizar la propia imagen de persona delgada, la aversión a los alimentos más calóricos y fuera de su dieta; la propia relajación para que el impulso no se transforme en ingesta, y por último, la seguridad de sí mismo.

 

Por ello, la reestructuración cognitiva, las técnicas conductuales y la hipnosis como coadyuvante permiten al paciente un resultado visible en su conducta de ingesta y consecuentemente en la reducción de peso. Lo ideal es conseguir una reducción de peso permanente en el tiempo y para ello se hace de forma gradual, no más de 1 kgr por semana, lo que permite al paciente bajar entre 8 y 12 kgrs en 3 meses tras la primera sesión.

Te propongo este audio para aprender a relajarte:

Para más información, si tiene interés en acudir a una sesión para adelgazar o dejar de fumar mediante hipnosis, puede llamar al teléfono 677 014 600.

 

1 comentario en “La Hipnosis clínica como ayuda a la terapia cognitiva”

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